Hace dos décadas -más o menos-, leí un reportaje de un diario suizo que abordaba el tema de los graffitis, que en aquella época eran todavía enigmático saber quienes eran los grafiteros. Revelaba el reportaje que los llamdos "neo Miguel Ángeles" no eran jóvenes marginales, aunque destacaba el marco proscrito por destrucción de bienes públicos (tren, metro, edificios, etc). A pesar del tiempo ese contexto legal no ha cambiado, la sociedad en general se acostumbró a esas manchas transgresoras o bien a las escenas sugerentes imágenes juveniles, unos lo consideran arte y otros simplemente una expresión transgresora.
Es natural que hayan distintos puntos devista, los graffitis han sido asimilados por negocios, publicidad, y hasta por algunas municipalidades que contratan graffiteros para decorar inmuebles, otras municipalidades ofrecen muros disponibles a la expresión pictorica a cambio que no se destruyan o manchen monumentos. En muchas ciudades la cárcel sigue a la orden del día para quienes destruyan bienes históricos o sitios emblemáticos.
A parte de los pro y los contra, una cosa es cierta, que los graffitis es un gran negocio para los productores y distribuidores de pintura en spray... a lo mejor un día de estos pongo una tienda de pinturas...
Ciertamente la industria del graffiti se ha diversificado de modo increible, puede verse en estas direcciones:
de un click:
graffitiartmagazine
newyorktimes
Underbellyproct